UNA CHICA CON UN PARECIDO

Sólo bastaba con existir, era otra sin remitentes ni protocolo, solo una letra propia e inconfundible que le dejaba el sabor de ningún anónimo. Sabía su procedencia.-Me has escrito varias cosas- me dijo-¿Las llevas contigo?- pregunté-No, ya no-Pidió otro coctel de amareto, todavía le faltaba cafeína para empezar a leer. Yo preferí beber un poco de aire, el poco aire tranquilo que podría circular por allí. Cuando las letras estuvieron en sus manos y el café en su boca, abrió el sobre y le faltó la mitad de la hoja. Sonrió.-Yo tengo la otra mitad- comentó inútilmente para hacerme feliz, pero yo ya lo sabía.

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sin peligro de asesinato

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