Largo domingo.

Lunes es memoria de domingo, las horas se ensanchan en la medida que las imágenes de ayer se instalan solas en la retina y no me sirven de más que inventar acrobacias mentales con ellas. El efecto de tus letras es la repetición ficticia de lo que el cuerpo ha vivido, me cubren, me tocan, me erizan, es un secreto de dos, aunque horas antes compartían la unidad. Le hablo a tus labios que se quedaron en los míos, a tus manos que se amarraron mientras nos sosteníamos, a tus ojos que no dejaron de estar allí, te hablo directamente, los miedos de ayer serán las satisfacciones de mañana. Este lunes con cara de domingo parece como si no te hubieras ido de mi lado.

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