QUIÉN ME CONTÓ

Quién me contó que de niño eras mimado, insoportable, necio, terco y amante a las bromas. Que tu tío está preciosamente loco, que lo quieres porqué debe tener algo tuyo o tu de él, y que de historias con su locura es que algún día te diste cuenta que a tus tripas no les gustaba el tequila. Que algunas sensibilidades se levantarán de lo profundo cuando curioseo tu oreja, de hecho puedo hablarte de que la izquierda parece que te gusta más. Que te importa la amistad de los hermanos porque los tuyos fueron y son casi tu vida, que tienes una casa tan lejos de ti como yo, en donde juegas al arquitecto, a Bob Marley y al pensador. Que heredaste la pasión por la música propia de tu padre, una afinidad con los cuentos que nació de escuchar Serrat y otras historias de tradición. Que sigues algunas barbaridades que cometió tu padre de joven solo con el fin de seguir tus instintos de libertad, a veces increíblemente parecidos a los de él. Que no te gusta nada que no sea auténtico y mientras menos se parezca a cualquier cosa mejor será para ti porque entre tus sesos llevas palpitando la originalidad. Que tus dibujos no son dibujos sino arte, porque emanan un pensamiento abstracto deliciosamente surrealista. Que tu sensibilidad te lleva a caminar lejos, a buscar libertades que hace bastante tiempo no has tenido, a darte cuenta de otros corazones y hasta descubrir el tuyo. Que eres un excelente actor tanto del Señor Conejo como de vos mismo y que es bueno que lo sigas siendo si tus intenciones siempre van a ser iguales. Que amas los niños porque tienes alma de uno, manteniendo la curiosidad y las sonrisas infantiles intactas. Que a veces te avergonzó hablar de nosotros así como me costó a mí salir en sociedad de tu mano, pero ambos sabíamos que esto duraría lo que se demorara tu avión o bus en recogerte en Medellín. Sé que prefieres las comidas estéticamente aceptables y que mientras más cremosos sean los cócteles mejor te parece a ti. Sé que prefieres limón para casi todo, pimienta y hasta ají, te encantan las buenas salsas y cocinar es un placer que heredaste de tu hermano al que admiras, y que aprendiste casi a la perfección. Sé que cantas los pedazos de canciones que coinciden con tu vida y musicalizas cada momento porque te parece divertido e importante, por eso eres una montaña rusa, por eso te buscas, por eso rompes los dedos de las manos. Amas el buen cine, los buenos directores, la buena fotografía, el buen argumento, amas tanto que te demoras en parpadear cuando ves una escena que te gusta. Te gusta la cerveza porque has crecido con ella, los cigarrillos no Light y los jugos exóticos como Maracuyá o Lulo. Tienes una naturaleza entusiasta, dramática, sensible y apasionada. Te gustan algunos tatuajes, algunos lunares y otras pecas, te gusta mirar como crece la pupila y así mismo darse cuenta del color que bordea los ojos. Supongo que entre otras cosas te gustan las mujeres españolas, la música, el flamenco, el ambiente gitano, y los recuerdos que tienes en ese país. Te gusta sentir el corazón de otro a veces, poner a temblar de sexo, escuchar lo bueno que eres en la cama, hacer lo que quieras sin que nadie te diga nada, mirar a alguien dormir mientras tu concilias sueño, decir que vas a ver películas para dormir pero no lograrlo, te gusta la percusión y mirar a los ojos cuando bailas, te encanta el coqueteo, las mujeres flacas, las decisiones impulsivas, el licor, la marihuana, el chicle de menta, las pastas y el vino. Quien me contó que te gusta ser escuchado y a mi me gustó estudiarte, pensarte compatible, gemelo, quien me dijo lo que se aprende en largos tiempos de convivencia… Comprimiré el tiempo que nos merecemos en el tiempo que tenemos, solo para que si por alguna casualidad corremos el riesgo de no recordarnos, se disminuya el margen de error y al menos al escuchar la española que nos gusta nos aparezcan visos de quienes fuimos. Me encargué de vivirte cada minuto y de que me vivieras. Los detalles de quién eres me los guardo, justo en el mismo lugar donde guardo la mirada tuya que no puedes mirar pero que a mi me ha encanta`o. Me gustó escucharte, sentirte, vivirte, me gustó hasta que no compartiéramos el mismo espacio, que viviéramos un cuento viejo que no tenía realidad hasta entonces, me gustó que fueras una coincidencia. Me gustó que me sacudieras todos mis adentros y que los afueras, también sacudidos por vos, tengan que aparentar que nada les pasó por simple ley del dios naturaleza, entre otras cosas, el único en que crees.

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