Que día tan martes. En días como hoy uno no quiere vinagreta en la ensalada, le devuelven más dinero de lo que era, encuentra fila en el baño, te saluda alguien que no conoces y se te pierden las llaves del carro por dos segundos. Sí, hoy es otro día de esos en los que uno se acuesta pensando que nada definitivamente va a cambiar la rutina del segundo día de la semana, para algunas culturas el tercero. Es martes, aburrido por naturaleza, un día después del miércoles en el que la responsabilidad visita la ventana vestida de sol y se acuesta con las malas novelas de la noche. Es el típico día que el almuerzo no estuvo tan emocionante y obviamente el vecino tiene uno mejor. Uno de esos días en los que uno se acuerda de alguien que te debe dinero y sigue sin importarte, un día que pasa rápido, volando, como si no quisiera decisivamente existir. Un día tan normal que tiene demasiada cara de martes y que por actitud, no es jueves o domingo. El asunto es simple: no debería estar pensando en vos en plena semana. Cierto?

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