D. Todas las anteriores



Es una conversación envolvente que se aproxima disfrazada, oportunista, susurrante y misteriosa? Es un deseo circulante, que tiene el “hubiera” entre las manos, la deuda en la cabeza y el error como inspiración? Es la pulsión de vida y muerte? El animal que quiere autogenerarse, perpetuarse, ser reconocido y por lo tanto existir? Es una posibilidad, una válvula de escape o la enfermedad de no querer estar bien por la mediocridad que eso suscita? Es la aventura desalmada, el romanticismo infantil o la obsesión reticente? D. Todas las anteriores. 

Tiempo de diferenciar lo real de lo imaginario o lo real de la realidad individual. El deseo, intermitente. No buscará la verdad, no se lanzará a ella como una batalla que debe ganarse, sino que la vivirá en pausa, porque los que saben la mantienen sostenida, sin mordiscos en las comisuras ni huellas en los desiertos de la geografía del cuerpo, no se ahogarán las respiraciones pero tampoco se despedirán al día siguiente, con la desventura de haberse poseido, no morirán y vivirán al mismo tiempo, pero tampoco se mirarán con desaire, solo esculcarán las posibilidades como quien coquetea con el imprevisto y se llenarán con la entrada porque saben que la pérdida del simbolismo no es postre. Y se jactarán de la oportunidad porque su gran imaginación los hará sentir que ha ocurrido. Y seguirán estando ahí, que es lo que realmente quieren, sin deberse nada. 

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