Un día como vos.

Ese día estuve convencida, lo supe cuando te miré. Tenías esa sonrisa que se muerde los labios y una camisa cualquiera. Yo tenía un compromiso. 

Y entre tu actitud picaresca; que a veces espera algo y a veces solo se deja llevar, y mis ojos inquietos; que se vuelven inquisitivos y juguetones, había un montón de microparticulas confundidas, esas que sólo siente la gente idealista y un tanto ridícula como vos y como yo. 

Material de escritura, así lo llamaría, solo para remembrar el ejercicio creativo que tenemos juntos, a veces el juego de pregunta - respuesta y a veces solo esa intención, evidente, reiterativa y atrevida de querer jugar. 

Algún día dejarás de verme tan lejana, esa autónoma y distante chica, efímera como me has llamado, tan autosuficiente pero tan dotada de ciertos románticismos que ponen en duda mi declaración de individualidad, como si algo supieras de más que te conecta conmigo, me has visto como una dosis de una droga escasa y no te has equivocado cuando arbitrariamente declaras que se me nota que la sensualidad convencional me parece aburrida y que para tu pesar, pareciera demasiado imposible conocerla, entre mi agenda, mi ética y mi interminable lista de prioridades y proyectos pendientes. 

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