Suspiro

Nos veo desde donde algún dios nos vería en estos momentos y nos siento reducidos por imaginerías y cicatrices de ayer, hechos que no le pertenecen al organismo que hacemos juntos. Estás en mi cabeza, hablas como un gato, esperas el momento para asustarme o escuchas un programa de misterio. También me dices que quieres té para no tomártelo, también te salto encima para asegurar que alguien puede cargarme. Saber que un mural, una planta, una cabeza muerta y una Navidad solitaria pudo juntarnos. Que grande me has vuelto, ahora adoro a los hijos (de otros), sé que los corazones cerrados te pueden mirar con amor agradecido por salvarse, que las relaciones están por inventarse, que los miedos solo entorpecen, que para vivir juntos no necesito que me digas "vivamos juntos" (cuando ya lo hacemos), que se puede dejar de fumar e ir al gimnasio, que mi olor es la lavanda y que ahora me gusta comer aguacate. Que grande te has hecho, ahora sabes que eres mas artista que ilustrador y tienes como demostrarlo, que puedes estar con una chica romántica y emocional (que no lo reconoce), que puedes decir "te quiero" sin miedo, que puedes conocer las familias sin reproches, que puedes sentirte apoyado en casa, tolerado y escuchado con todas tus artimañas y egoísmos, que puedes bailar salsa, ir a pueblos, tener fe en las inversiones, viajar inteligente y dar placeres sexuales con amor mientras estas dormido. Además dormir acompañado, admirar profesionalmente a quien te acompaña y vivir aventuras sexuales en cualquier lugar del planeta o del océano. Aprendimos a ser cómplices y casi que podemos dar un curso de eso, porque siendo dos nos duplicamos en un año, nos transformamos. No habrá manera de ser perfectos, solo hay maneras de aceptarnos y entendernos,  tú tan sensible a la traición, con tu paranoia y agresividad, yo con la fama prestada de persuasiva y libre, tú olvidando que siempre hay algo de que disculparse, esperando mi error, tan maquiavélicamente invulnerable, juzgando a la humanidad con ese intimidador, receloso y cínico, sin darte cuenta que tu actitud castigadora es tu forma de amor y que pocos en el mundo lo entendemos. Yo dependiente y arrogante, con una vengativa feminista, manipuladora, con un sentido de insuficiencia que me agota, con una persuasión que me hace desconfiable. Tu receloso y cruel, yo dramática. Tú fácil destructor de lo bello que tienes, porque así entendiste el afecto, con tan poca resilencia, persistencia y propósito a futuro, yo tan idealista, con excesivo compromiso, tan conservadora de viejos patrones. Tu narciso quiere que el mundo entienda tu realidad, mi autodestrucción prefiere la realidad de otros. Tu tirano ama mi masoquismo, mi extravagancia se reta por tus ganas de sacudirte, tu dedo apuntándome y mi necesidad de castigo. Cuando quitas esta obra que has creado en un año, de tus prioridades, estas dudando otra vez de ti mismo, cuando me pones ahí, estas siendo el injusto incoherente que odia la injusticia, cuando me des-amas tan fácil, exaltas el ego que inteligentemente sabes controlar, a veces. Cuando no eres capaz de pensar en quien quieres asesinas tu propia humanidad. Y claro, lo que sigue es que sobreanalices mis palabras para rápidamente encontrar un error y por lo tanto, una excusa para no estar, no escuchar o no mejorarte. En algún momento, como con todas las vidas, nos vamos a despedir, por supuesto, pero asegúrate de mirarnos como los ángeles nos mirarían, evolucionados y cambiados, con un amor extinguido de darse no de guardarse, seguros de que lo dimos todo, en nuestras mejores versiones, que no es otro de esos proyectos temporales que fácilmente se abandonan, que logramos transformarnos, que pasamos por aquí con una misión cósmica y la logramos. Esa vieja coartada de rehuir de los asuntos pendientes solo nos posponen el asunto, dejamos ir quizás lo mas grande que a los dos nos ha pasado en cuestiones de parejas que son amigos, creyendo que es otra experiencia anterior, sin liberarnos. No puedo disculparme por ser esto también, esto que desconozco, sintiéndome una defectuosa, una artista de una realidad subjetiva, sólidamente preparada para las despedidas, asumiendo los errores porque de antemano es una que se desprecia. Tú sintiéndote tan justo pero tan hiriente, preparándote más fácil para un desprendimiento que para una batalla de recuperación, tan cobarde para dar un paso mas grande, justificándote en tu tragedia para no avanzar, cuando eres mas amor que todo el amor que dices que no has tenido. No puedo pedir perdón por esa mujer que vino a visitarme y se comportó así, la reconozco mia, psicótica, herida, triste y descarrilada. No puedes pedirme perdón por tu egoista, que no reconoce la grandeza de este tiempo, que no me da el lugar que me merezco como cómplice y escolta de todos tus sueños. Ninguno de los dos tenemos el control porque nos excedemos de asuntos pendientes, estamos incompletos y la imperfección, es una bendición, otro aprendizaje, otro maestro. Ha sido un tiempo heroico, tan lleno de yo, tan falto de nosotros. Pensémonos. 


 

Comentarios

Entradas populares