De tu odio

Disculpa mi imprudencia anticipada y mi espontaneidad esporádica, disculpa las circunstancias de la vida y el tiempo que me tomo para mirarte a los ojos a través de estas letras. Ya me conoces, no justificaré mis largos y tediosos textos, son lenguajes simplemente que utilizamos, además en esta ocasión, como tal vez hay un nuevo personaje en ti, no puedo suponer que nos comunicamos con silencios, miradas o intuiciones. Un amor ya evolucionado, que conoce el humano, el equivocado, el temeroso, que conoce el monstruo, el que no ha resuelto, el que no ha terminado. Lo que ha sucedido ha sido tan útil que ahora nos vemos como somos, vemos las sombras, ves una versión mía que te parece desfigurada, la mujer que tanto te amó, la que te puso en primer lugar para todo, tu equipo, tu amante, tu novia, tu esposa, tu amiga, la que pensaba en dos, la que soñaba con cosas grandes juntos, esa detestable, que encontró a alguien más tan pronto, que olvido tan fácil, pensarás; llena de orgullo, que según tú buscaba un hombre con mas raíz, que quería más un profesional, que no quería a un dudoso, según tu versión que son solo tus miradas y tus miedos. Y bueno tú, que te veo en una versión más inmensa de lo que eras, amando con una fuerza que hasta ahora conozco, siendo tan inigualable, tan poco ordinario, tan poco corriente como son tantos hombres que se dejan llevar por cualquier tontería del camino. Tan superior, tan inquieto con el interior, tan autoregulado pero tan libre, tan individual pero tan compasivo, tan frío pero tan confiable. Y nos vemos, en esa versión real que somos, mostrando lo peor de nosotros, yo mostrándote la libertad excesiva y dañina que nunca viste detrás del impresionante compromisos y tu mostrándome el amor, los celos y la rabia que nunca vi detrás de la supuesta relación libre. No somos equivocados, simplemente somos también esto. Jamás quise un hombre más trabajador o exitoso, ni siquiera se que es eso, tampoco uno con mas raiz, prefiero la música, tampoco demasiados viajes ni demasiado sexo, quise el hombre que fuiste, que admiro por ser lo que es, por mostrarme que la lealtad fue tu batalla hasta el último minuto, que me respetaste como nadie, que me miradte como la única, que tuviste la valentía de entenderme, que mantuviste nuestro hogar impecable, lleno de solo nosotros dos, que tuviste un carácter que pocos tienen, de hombre de verdad, que me mostraste la mejor versión de tu genero, me enseñaste a amar confiando plenamente, me mostraste que la mejor manera de entregarse era siendo uno mismo. Sigues siendo una de mis personas favoritas en el mundo, entiendo tu rabia y tu odio, yo también los tendría si no conociera la historia de este lado, si no supiera que cuando te fuiste sentí que me vaciaba, que no tenía rumbo, si no hubiera estado segura de llorar como nunca llore de niña, de odiarme tanto por no saber que te había hecho irte de aquí. De preguntarme todos los días en que me había equivocado, de sentirme como a medias, sin querer dormir ni comer, de no entender para que me ponía la vida un ángel como tu si me lo iba a quitar. No importa cuanto me duro esa sensación, la vida supo que ya era justo, que habías venido a enseñarme a amar para confiar otra vez en los hombres, para sanar mi femenino, eso hiciste. No te fuiste, nunca te has ido, eso pensamos los seres humanos que nos inventamos las relaciones, los comienzos y los fines, pero yo no lo creo así, por eso siento que podemos encontrarnos, porque el amor se transforma no se termina, ser determinados en las relaciones solo sirve para construir odios y rencores. Te quiero, te admiro aun, te agradezco que existas, ódiame el tiempo que necesites para que te encuentres con la nueva forma en la que me vas a querer de nuevo, evolucionada y madura, real, viendo la chica que no te esperabas y humanizándome, para querernos como somos, sin inventarnos. 

Comentarios

Entradas populares