No cumpleaños.

Es hoy. El peor de los peores días del año, que tiene esa sensación de desesperación: una mezcla entre incertidumbre y certeza de desperdicio. El cuestionamiento de que estar haciendo aquí, cualquier cosa, siempre va a ser la cosa equivocada. Ese maldito sentimiento de fingir que no quiero sentirme importante, que se camufla en el abanico de acciones que intentan buscar la soledad, porque se supone que es lo mas seguro, pero reclaman un abrazo simple, dormir acompañada o recibir una de esas sorpresas que algún día dije por fastidio o envidia que odiaba. Solo por sentirme como se siente la gente cuando celebra que nace, que al parecer se siente bien. Extraño un poco esa sensación,  la tuve alguna vez, lo se, tal vez de niña, cuando este día no es un convencionalismo sino que realmente es una celebración. Soy un capricho hoy. Nada de esto tiene sentido. Solo quiero no estar sola pero no tener que decirle a nadie tampoco que me acompañe, porque comprometer a la gente, como los equipos y los abrazos cuando estas deprimido, ya es una escasez en la liquidez e individualismo en el que vivimos. Así, sin estruendos, solo con esa compañía que lo hace bien con el silencio, tal vez cocinando algo, o poniendo algo de fondo, fingiendo que es un día más, pero sabiendo que es el único en el que no quieres estar sola, el día antes, es lo que le vuelvo a pedir al universo para el próximo año, pero una vez mas con la sutileza de que no tenga que sugerirlo. Te suena natalia?  Nos pasa hace 27. Gracias por nacer. 

Comentarios

  1. Entonces sonaron las doce y veinticinco y cambio la vida; cambiaron mis sueños, mis fuerzas hacia otro lado, mis ojos, mi todo.

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sin peligro de asesinato

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