11:11 am, pm, am, pm.

Estas como si no estuvieras, como si no fuera tuya, como si solo me perteneciera a mi misma, escondida tras la noche, solitaria y nunca oscura, creativa y elocuente, pensante a veces, intentando interferir en tus sueños con alguna presencia mía, que te perturbe, para bien, para hacerte sonreír en la mañana, cuando quieras un agua aromatizada o simplemente abrir los ojos. Estas como si me faltaras, aun sabiendo que existes, en otra cama, en otro lugar. Estas sin quererlo, como inefable, pero preciso, pero oportuno, pero sin peros. Como la magia que se esconde tras cualquier número, irracional, intuitivo. Te veo a veces en mi espalda, siento que me abrazas así no estés, siento que duermes conmigo así sea en otro colchón, en otro lugar, que como el mío, también te pertenece. El instante de las almohadas, que intentan reemplazarte, como si hicieras falta, como si pudiera mas dosis de ti. Anulas mi pasado sin hacerlo paulatino, solo lo anulas, como si me sabotearas el nombre, el apellido, la historia, como si nunca antes hubiera sucedido cualquier otra cosa, como si empezara de nuevo, como si fuera la primera vez. Adolescente. Tiempo De resignificar, de florecer, de regar las plantas, de pintar paredes, de cocinar. Un tiempo sin culpa, sin tiempo, sin expectativas, sin mañana, sin miedo, un tiempo eternamente presente. Un tiempo donde solo somos dos y el 11:11 que aparece cada vez que veo tus ojos, aun sin verlos. 

Comentarios

Entradas populares