LAS MUJERES QUE SE CANSAN Y LAS MUJERES QUE CANSAN.





A todas aquellas que encontraron la solución a alguna tristeza en  un coctel con amigas o que se preguntaron si en las relaciones, ustedes eran el problema. A todas las que dicen vestirse para ellas mismas pero disfrutan de las miradas brujas de las otras mujeres. A las que algún día las traicionó la promesa femenina “ser difícil”  y a las que se suben a unos zapatos incómodos que por hacerlas ver mejor los sienten ya parte de su cuerpo. A  las mujeres, en general, que sufren o han sufrido de cualquier síndrome en una relación.

Nada peor que una conversación atrevida entre mujeres que no les interesa ningún hombre rondando en una tarde de Happy Hour. Se escandalizarían sus padres  y sus suegros, y decepcionarían a sus hijos y nietos. Porque una mujer cuando se excede, piensa siempre en a quién puede contarle la historia, y para esta sección, es que existen las amigas. Es por esto que escribo este artículo, por la cantidad interminable de historias contadas de mujeres que cansan y mujeres que se cansan que merecieron una reflexión.

Muchas mujeres se pasan el tiempo preocupándose por la fidelidad de una relación  para mantenerla sana, y con ella la lealtad, la confianza, el compromiso y otros derivados. Además de cuidarse la autoestima femenina que a veces es excesivamente vulnerable. Sin embargo olvidan algunos detalles, vivir, por ejemplo.

Empiezan a desgastar la relación con preguntas e inseguridades que no valen tanto la pena (digo “tanto” porque valen un poco, pero no demasiado). Se vuelven celosas, intocables, madres,  cantaletosas, dependientes y poco apasionadas. Cansonas, así de simple, y la relación se termina. Y llegan los happy hour  y con ellos la depresión absoluta, las cuentas del celular excedidas por mensajes de texto, la concentración en el trabajo y las ganas de dormirse a las nueve de la noche. Pasa el tiempo y les cuesta encontrarse la cara de su ex almorzando en un centro comercial con otra mujer. Y luego el dolor de lo fácil que fue para él olvidarlas.

Todas  le tienen miedo a la historia de la infidelidad, pero esta es una historia todavía más desgarradora. ¿Qué hice mal? ¿Si me amaba lo suficiente? ¿Por qué fue tan fácil conseguir otra mujer? ¿Por qué no me gusta nadie más? ¿Por qué sigo pensando en él? Mares de lágrimas se derraman después de estas preguntas, pero nunca, NUNCA, ha habido con este instante, una reflexión… ¡Se cansó de ti!

El discurso femenino de que hombres y mujeres somos iguales debe llevarse a la práctica, pero no intentar ser como ellos. Qué tal si cuando van a fútbol nosotros vamos de shopping en lugar de pretender que podemos entender un Fuera de Lugar (claro, hay algunas que lo disfrutan, pero me refiero a los espacios masculinos que deberíamos dejarles tener). Qué tal si cuando salen hombres solos, ni siquiera los llamas, no necesariamente están con una stripper mona tipo las Vegas contagiando una enfermedad terminal. Qué tal si cuando están ausentes, dejamos de pensar en que nosotras somos el problema. Qué tal si cuando el sexo se ve afectado nos volvemos más creativas en la relación. Qué tal si te esfuerzas por vivir más el momento presente  que pensar si este hombre cumple todo tu check list para ser el padre de tus hijos.

Estoy convencida de que una mujer que se quiere dará el amor necesario para sostener una relación sana, porque si te quieres, entenderás que se  ha ido, y si te quieres sabrás que fue una etapa más en tu vida que en unos meses vas a superar, y si te quieres prefieres vivir cada instante y cuidar tus futuros recuerdos. Si te quieres dejas de pensar que cada nuevo amor es el tren que te sacará de la soltería.

La mujer que se cansa es aquella que precisamente disfruta la soltería, disfruta vivir cada instante y no cambia el hecho de estar sola por cualquier compañía. Se cansa porque está acostumbrada a vivir la independencia de su vida sin que alguien la llame las 35 veces al día que la llaman. Se cansa porque es fuerte y su gran necesidad es precisamente alguien más fuerte que ellas. Se cansa porque cuando está  trabajando no quiere mensajes de texto que tiene que responder, sino salir del trabajo y encontrarse a cenar con quien quiere estar tranquila. Se cansa porque los celos, las inseguridades y las  personalidades múltiples le generan preocupaciones en los espacios donde ella eligió vivir mejor, como la relación de pareja. Se cansa porque no confían en ella, sabiendo que ella es la mujer más confiable, se quiere.

Las relaciones de amigas y de pareja, son para descansar, no para cansarse. Las nuevas relaciones nos permiten vivir una pareja más independiente y libre, el príncipe azul de las películas con banda sonora romántica ya pasó de moda. La libertad de hoy nos permite tener una relación más basada en la confianza. Disfrutémonos a nosotras mismas y abramos espacios en pareja que sean inolvidables, descansen en la pareja, no la cansen ni se cansen.

¡Las amo a ambas! 


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