Empieza el juego.

Soy piel, miradas, sonrisas, deslealtades, labios, olores, cigarrillos, música, cafeína, cerveza, duda, racionalidad, historias y palabras, porque me lo permites. Nunca me preguntes que quiero ni porque. Mi corazón se da a pedacitos ultimamente, se regala como rematado, aunque de alguna forma nunca se regala del todo, por cuestiones de dueño. No tengo otra opción que llevárselo a esa mirada que me gusta a ver si palpitan al mismo ritmo. Me gusta tu adentro si me permites reblujarlo, tu sudor si me permites ocasionarlo, tu conversación si es duólogo, tu mirada si se finge inocente, tus letras si me sigues escribiendo. Si no pues nada perdimos, nadie se enamoró demasiado y todavía, aunque con intimidades, pueden sobrevivir los amigos.

Comentarios

  1. ¿Será que sí pueden sobrevivir los amigos? Eso es lo más difícil. Pero que bueno lograr compartir todo lo que se pueda, de ida y vuelta, reblujar, sudar, conversar, mirar, escribir, compartir un pedazo de camino juntos, un cigarro, una cerveza, un pedacito de corazón

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sin peligro de asesinato

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