ASÍ DE SIMPLE-

Necesito clases de ética. Es un error desearlo, solo una necesidad carnal de saber qué pasaría si se materializaran las conversaciones sexuales y termina usted desvestido primero que yo. Lo siento por sincera. Estas ganas de probarle los labios se me quitan con un mordisquito, no hay profundidad en esta deslealtad deliciosa y atormentante, por eso me quedo con las imágenes de aquella cercanía y unas disculpas para el día siguiente. El moralismo me viste la cara, una disculpa se pone en mi boca, las ganas de no volverlo a hacer me invaden lentamente la cabeza. Sentir que me gusta, que me toca y me gusta, es delicioso, pero tal vez se hace más delicioso porqué es imposible. No me incomodo, me incomodan los otros, solo que son tantos que no hay forma de no llegarse a incomodar. A veces también el hecho de un pasado tuyo y un presente mío, y las ganas, que a veces no puedo ocultar, también podrían incomodarme. MR ALGUIEN Que imprudente. Malagradecida, sobreexpuesta, desbocada, traicionera, indiscreta e imprudente. Usted fácil, arriesgado, busca pleitos, también desbocado, para algunos traicionero, también imprudente. Aquí entraríamos a definir el factor común o la prudencia, si fuera el caso, pero como nunca es el caso en este caso, no definamos nada. Siempre escribo, por si alguna vez se llega a sentir importante. Déme entonces la oportunidad de que esta vez, sin que usted espere mucho de mí, le proponga unas letras. Sus labios saben por fin, un poco a cigarrillo rojo y a cerveza cualquiera, son estrechos, delicadamente húmedos, delgados, su lengua es inquieta, suficientemente inquieta. Se prohíben las descripciones así como se me prohíbe usted lentamente, mientras mejor me sabe mas se me prohíbe. En este juego inevitable tengo mucho que perder, todo, de hecho, además del riesgo de que nos lleguemos a involucrar, dos seres humanos sin amor temporal pueden confundirlo con cualquier travesura. Peligro otra vez, en eso consiste. No nos gustamos cuando nos vimos la primera vez y no se que estamos buscando ahora, si me lo pregunto. Tal vez simplemente no nos gustamos, o apenas descubrimos que podríamos hacerlo, o quien sabe, en los juegos nunca se sabe. Seguiré escribiendo en esta hoja a un alguien ilegal e inconcluso, hasta que ponga punto final si es que logro ponerlo, mientras la inspiración llegue a mi otra vez, porque esta, ésta ya me la he gastado.

MALTRATO

Cuidado conmigo, cuidado con lo que dejas de ser, que me voy dando cuenta. Cuidado con ponerle más de dos cucharaditas al café, con no disfrutar lo que cocino y con no aprovecharte de mí cuando tengo falda. Cuidado con la guanábana, el arroz con leche, el hígado, las brevas y los malos besos, me dan alergia. Con las tardes de domingo que son mías, con despertarme, con reducir el tiempo que me demoro en la ducha, con no tender la cama ni recoger lo que dejaste mal puesto en el suelo. Cuidado con recordarme un sujeto del pasado o una sujeta que esto es un trato: el presente es en la medida que no traigas a mi reloj otros tiempos. Cuidado con escribir lo que no sientes, con no tener suficiente sexo, con quedarte dormido en las películas o simplemente quedarte dormido antes que yo. Cuidado con traer a mi cama otros recuerdos, con hacerme huevo de desayuno, con no llevarte bien con mi hermano y con llevarte demasiado bien con mi papá, cuidado. Cuidado con odiar a los caballos, con pensar el línea recta, con las ideas cortas y sinsentido, con decirme qué hacer, con no bañarte conmigo, con pretender que soy del todo tuya, con no saber quien es mi mejor amiga, con no saludar al portero, con no jugar con un niño, con que no te guste del todo el chocolate. Cuidado con criticar mis pecas, con decirme “gordita”, con los celos. Cuidado con tener demasiado cuidado, que pensándolo bien, hasta soy fácil de llevar.